Cabo de Hornos a la vela, Bernard Moitessier

La séptima sesión del Club de Lectura tuvo lugar el 25 de septiembre de 2025. En esta ocasión fue presentada por Enrique García Herrera, quien realizó una magnífica exposición. Comenzó con una biografía completa del autor y continuó con la descripción de los momentos más significativos del viaje. Lo que sigue es un resumen de su intervención. Para aquellos que estén interesados en acceder a la presentación completa, pueden hacerlo a través de este enlace, son 18 páginas muy interesantes.

El libro está dividido en dos partes:

  • Primera parte. Hacia la cita con las aves del mar
  • Segunda parte. La ruta lógica

La primera parte se subdivide, a su vez, en dos secciones. En la primera, Bernard narra las vicisitudes que atraviesa desde el naufragio de su barco, el Marie-Thérèse II, en el Caribe (Trinidad y Tobago), hasta que logra cumplir su sueño de tener una nueva embarcación que le permita continuar sus aventuras náuticas. Bernard Moitessier solo concibe la vida como una aventura de navegación constante, y los periodos intermedios son necesarios únicamente para reunir los recursos materiales que le permitan emprender el siguiente viaje.

Desde las Antillas, se enrola en un petrolero que realiza la travesía hasta Nueva York. En esta ocasión continúa hacia Europa, atraca en Hamburgo y, desde allí, Bernard se dirige a París (1958). Trabaja como visitador médico, lo que le brinda la oportunidad de escribir su primer libro: Un vagabundo de los mares del Sur. Más tarde se establece en Marsella como vendedor de barcos de segunda mano.

Se casa con Françoise, quien aporta tres hijos (de ocho, nueve y once años), que Bernard acoge como propios. Su libro acaba de aparecer en las librerías y comienza a recibir los derechos de autor, lo que le permite soñar con la construcción de un nuevo barco. Gracias a la ayuda de amigos y conocidos, logra ponerlo a flote en menos de un año. El 1 de mayo de 1961, el Joshua recibe su primera tripulación como escuela de vela, actividad que Bernard desarrollará durante dos años.

La segunda sección describe el ansiado viaje de vuelta al mundo hacia el oeste, que se ve recortado al convencerse de que, una vez pasado el estrecho de Panamá, el recorrido más corto y lógico es el Cabo de Hornos. Realiza numerosas paradas, con estancias más o menos largas, en las que disfrutan de los paisajes y de la vida sencilla que ofrecen las civilizaciones rurales y de pescadores.

Zarpan de Marsella el 13 de octubre de 1963, y las etapas del viaje, junto con su duración en días, son las siguientes: Gibraltar (7), Casablanca (145), donde viven los padres de Bernard y pasan el primer invierno. El 7 de enero de 1964 parten hacia las Islas Canarias, donde permanecen hasta el 2 de junio de 1964 (155 días). Durante esta estancia realizan diversos viajes entre las islas, llevan a cabo mejoras en el barco y disfrutan de la visita de sus hijos durante las vacaciones de verano.

Las siguientes escalas son: Martinica (64 días), Panamá (23 días), donde definitivamentea deciden el recorrido de regreso más corto y lógico es por el Cabo de Hornos, en lugar de atravesar el Índico y continuar por el Cabo de Buena Esperanza. No obstante, las etapas siguientes incluyen las Islas Galápagos (67 días), las Islas Marquesas (46 días) y Tahití (95 días).

Aquí comienza la segunda parte del libro: La ruta lógica, consistente en una travesía de 126 días y 14.216 millas náuticas. Zarpan de Tahití el 23 de noviembre de 1965 y finalizan en Alicante el 29 de marzo de 1966. Durante su estancia en Tahití, realizan las últimas reparaciones y esperan el momento más propicio del verano austral para contar con vientos favorables.

Son cuatro meses de navegación en una de las zonas más peligrosas del mundo, conscientes de los numerosos naufragios ocurridos allí y de las técnicas necesarias para superar con éxito el paso por el Cabo de Hornos, que logran el 10 de enero de 1966. Antes, el 6 de diciembre de 1965, sufren un terrible temporal navegando a palo seco durante seis días. Pasan de utilizar lastre arrastrado con cuatro largas estachas, de hasta 100 metros —como habían hecho otros navegantes anteriormente— a surfear las olas, gobernando el barco observando, por la popa, la llegada de las inmensas olas, tal como Bernard intuye que lo había hecho Vito Dumas.

En resumen, el libro constituye una mezcla de narración de aventuras, reflexión sobre la vida natural y enseñanzas sobre preparación náutica y técnicas de navegación. Resulta sumamente entretenido y enriquecedor. Para los lectores más aficionados, incluye como apéndices las Notas del arquitecto, las Notas del autor y un Glosario, que aportan información técnica y personal adicional muy valiosa.

Bernard Moitessier (Hanói, 10 de abril de 1925 – París, 16 de junio de 1994) fue un escritor, navegante y activista francés. Es conocido por sus libros de aventuras, en los que relata sus proezas como navegante solitario. Sus obras tienen un marcado carácter espiritual y poético.

Nació en Hanói, Indochina, hijo de Robert Moitessier y Marthe Gerber. Pasó su infancia entre Francia y Saigón (Indochina), junto a sus tres hermanos, debido a los negocios familiares que regentaba su padre.

A los 15 años, tras obtener malas calificaciones, su padre decidió enviarlo a una escuela de agricultura. A los 18, trabajó como capataz en una plantación de caucho, donde aprendió a amar la tierra. A los 19, colaboró en el negocio familiar revisando facturas.

En 1940, durante la invasión japonesa de Indochina, su padre fue hecho prisionero y Bernard, junto con el resto de su familia, fue detenido y obligado a participar en los enfrentamientos. Meses más tarde viajó a Europa, y al regresar, junto a su amigo Pierre Deshumer, partió de Indochina hacia Indonesia en 1951, tras restaurar un viejo barco llamado Snark. Más tarde regresaron al golfo de Tailandia, donde los dos amigos se separaron.

Bernard decidió entonces reparar un viejo junco de madera y bautizarlo como Marie-Thérèse, su primer verdadero velero. En 1952, partió definitivamente de su tierra hacia horizontes aún sin definir. Tras 85 días de navegación por el océano Índico, y enfrentando graves problemas de filtraciones por el calafateo del barco, encalló en el archipiélago de Chagos, tras quedarse dormido por el agotamiento de la travesía.

Sin dinero ni conocidos en la isla, decidió residir dos años en la cercana isla de Mauricio, donde, gracias a la ayuda de buenas amistades, logró construir una embarcación mucho más segura.

Con el nuevo barco, Marie-Thérèse II, cruzó el océano Atlántico tras trabajar un año en Durban. Ya en las Antillas francesas, durante una travesía entre la isla Trinidad y Santa Lucía, naufragó nuevamente, de forma similar a la primera vez, encallando en un arrecife coralino.

Sus aventuras quedaron recogidas en libros como Cabo de Hornos a la vela, El largo viaje y Un vagabundo de los mares del Sur.

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *