Asistentes: Alfredo Platas, Anabel Vizoso, Carlos Hornillos, Carmen Vellisca, Carmen (Nená) Serrallé, Charin Gómez, Conky Dilla, Emilia Jerez, Enrique Lacasa, Fernando Medina, Francisco Otero, Javier Rodríguez Santos, Jesús Penas, José Emilio Martín-Oar, José Manuel Fernández Agudo, Juan Adolfo Eli (Mucki), Lola Méndez, Lucas García, Luis de Mingo, Maite García Bisquert, Manuel Trillo, María Jose García, María José María-Tomé, Marisa Canorea. Total 24.
Después del enorme éxito del encuentro del 50 Aniversario, se decidió seguir viéndonos en A Illa, sobre todo por tener a Luis de Mingo como organizador del evento, que como vemos tuvo mucho éxito, aunque algunos asiduos faltaron por temas familiares.
La idea inicial fue que el viernes 16 de agosto nos reuniéramos a comer en el chiringuito que tiene la familia de Moncho en la playa de Área Secada y, para los que quieran continuar en la zona, se intentó organizar una actividad náutica para el día siguiente, el sábado 17 de agosto, esta última al final no se pudo celebrar, aunque no perdemos la esperanza de organizarla para el siguiente año.
– La hora de comienzo fue cerca de las 4 de la tarde, al módico precio de 25 euros.
MENU
– Mejillones en sala
– Zamburiñas
– Navajas
– Tortilla española
– Ensalada
– Vino/Cerveza/Gaseosa/Sangría/Agua
– Postre (tarta helada)
– Café
Los que llegaron a la Isla antes de esa hora se reunieron en el chiringuito próximo al Faro de Punta Cabalo para tomarse unas cervezas y otros decidieron quedarse en la playa de Área Secada. Este año, después de la comida, no pudimos contar con la guitara de Paco Otero, por estar descansando de otras juergas, no obstante algunos se arrancaron con canciones para animar los postres y el café.
La familia de Moncho, Elvira, Manuela y Ramón, como siempre, se volcaron con nosotros para hacernos el encuentro mucho mas agradable.
Ciertamente fue una jornada muy agradable y amistosa, disfrutamos de un tiempo magnifico, baños y sol complacientes y paseos por lugares inolvidables (Faro de Punta Cabalo). Dimos cuenta de nuestras viandas, compartiéndolas y charlando indiscriminadamente y con una despedida afectuosa y cariñosa de los asistentes de «hasta el año que viene«.
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