Encuentro Palmeira 2025

Por: Jorge Herrador

Este verano la reunión ha sido el 21 de agosto en el restaurante “El Baluarte” de Palmeira. La mesa, exterior a orilla mar, estaba preparada para las 14:00 horas, pero no fuimos pocos los que llegamos con antelación y las cañas y los vinos blancos previos a la comida no faltaron. Al final estuvimos los que habíamos quedado: Anabel, Jesús, Lola, José Manuel, Mariajo, José Emilio, Pi, Mucki, Marina y Jorge.

Fue José Emilio el que se encargó de la reserva y la elección del menú que resultó estupendo (nécoras, pulpo a feira, calamares rebozados, pimientos de Padrón, tortilla de patata, tartas y/o helados, café, Albariño cosechero y cervezas). Todo muy abundante, por lo que algunos tuvimos que esforzarnos en que no sobrara nada. El vino fue un gran acierto y los tempos muy apropiados, poco a poco iban saliendo los platos sin prisas.

Al acabar la comida, hicimos las fotos habituales y dimos un paseo por el puerto con sus (para mí), ¡sorprendentes aguas transparentes! No faltaron las evocaciones personales de las entradas a vela en Palmeira durante el jurásico, las que hicimos sorteando piedras con las Cavales; también hubo quien confesó haber llegado con los barcos de Nivel I desde la Isla. Palmeira es un puerto pequeño, precioso y rocoso.

Después, con los coches y siguiendo el programa, nos subimos al Mirador “Pedra da Ra”. Desde allí se contempla un magnífico doble paisaje: la evocadora entrada de la ría de Arosa (con las islas Sálvora, Vionta, Noro, etc) y el Parque Natural de Corrubedo con la Praia do Vilar en primera línea. Con pesar tuvimos que irnos para estar a la llegada de los alumnos de la ligera del CINA en la playa de a Retorta.

Y cumplimos: llegaron cinco Vauriens con viento de proa hasta la playa y dos Caravelles a su fondeo con bonitas maniobras. Daba gusto ver a los alumnos y monitores celebrando el final de la jornada, … y como recogían y cargaban los cascos cuesta arriba, tan animosos como siempre ha sido y debe ser. Mariajo y Jesús se remojaban las piernas una y otra vez comentando la buena temperatura del agua. En el chiringuito tuvimos que tomar algún refrescante gin tonic para hacer buena la digestión.

Finalmente nos acercamos a la Base del CINA en la Punta del Chazo. Nada más llegar nos encontramos a Toño y al recordar el fallecimiento de Eli el momento se hace muy emotivo. Ya más adelante recorrimos con Chipi el galpón, todo sigue como siempre: un espacio para el alojamiento con literas dobles, en el lado opuesto el taller con material y mesa de ping-pong incluido, y la bonita parte central con mesas corridas y bancadas. En la cocina nos encontramos a un joven chef, muy profesional, responsable de las comidas y cenas. Llegó la hora de irse y la despedida fue breve; casi todos nos quedamos con la sensación de que cualquier tiempo pasado, pasó.

Otro recuerdo del día: Catro Vellos Mariñeiros

Enlace al álbum del encuentro.

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