
El pasado sábado día 9 de septiembre de 2023 ha fallecido nuestra querida compañera Carmen Soto Martínez, Carmela para sus muchos amigos.
Nacida en Galicia y muy amante de su tierra, en el verano de 1977, con 24 años, fue a la ría de Arousa a navegar en una dorna que tenían unos amigos de Madrid, donde vivía. Allí conoció la existencia del Cina y de vuelta a Madrid decidió cambiar la dorna por el vaurien y apuntarse al curso de iniciación de otoño, que entonces se hacía en el embalse de El Vellón. Continuó su aprendizaje el siguiente verano en el campamento que el Cina tenía en una playa solitaria y rodeada de pinos de la Isla de Arousa, a la que no llegaban los coches ni los muchos veraneantes que la frecuentan ahora. También dedicó bastantes fines de semana de otoños y primaveras a seguir mejorando sus conocimientos de vela ligera en El Vellón.
Tras superar el curso de iniciación al crucero en Arousa, hizo en el siguiente verano el nivel III, el máximo que tenía el Cina, que en aquellos años se hacía viviendo y navegando por varias de las Rías Bajas durante quince días en un mousquetaire de cinco plazas, normalmente todas ellas ocupadas. Allí se navegaba sin motor y sin comer ni cenar en restaurantes, salvo, a lo sumo, el día de fin del crucero. También hizo el curso de monitor de nivel I en el curso 1979 – 1980.
Cuando los perímetros del Cina se le quedaron pequeños, se aventuró, buscando horizontes más amplios, en varias navegaciones con barcos alquilados, llegando en una de ellas a conocer vientos muy duros y corrientes de muchos nudos en las aguas del estrecho de El Solent, al norte de la Isla de Wight.
Siempre animosa y alegre, desde los 19 años trabajaba en Madrid como enfermera en el Gregorio Marañón en el turno de noche, que en esos tiempos se podía elegir como turno fijo. Durante tres años complementaba sus ingresos ejerciendo su profesión en la piscina municipal de La Elipa, para lo que tuvo que comprarse una mobilette, que al poco tiempo le robaron. Siempre dispuesta a no rendirse ante nada, se compró otra, con la que pudo seguir acudiendo a sus dos trabajos, hasta que también se la robaron. Ya para entonces había planeado dejar la piscina para estudiar el curso preuniversitario en el instituto Beatriz Galindo, porque quería estudiar medicina.
Simultaneaba todo esto con otras aficiones, como tocar el piano y cantar en un coro, actividades que nunca dejo de practicar a lo largo de su vida.
En la Isla de Arousa conoció a Jaime Álvarez Cienfuegos, ya monitor del Cina. Con él y con muchos de los que ahora somos brontosailors, compartió múltiples navegaciones y otras actividades como navidades de esquí, excursiones de fin de semana por la montaña, varias medias maratones de Moratalaz, partidos de tenis, y hasta una sesión de patinaje por la calle de Príncipe de Vergara en una ocasión en que estuvo cortada.
En julio de 1982 se casó con Jaime en una memorable boda en Galicia, en la que hubo una abundante representación de compañeros de Cina y, como no, también abundancia de ricos manjares. Con él tuvo tres hijos: Mar, Jacobo y Ana. A ellos dedicó la mayor parte de su tiempo y de su impresionante energía vital, sin dejar de dedicar otra parte a sus aficiones, a su familia de origen y a la de Jaime, ambas muy numerosas, y a sus amigos del Cina, que hoy lamentamos profundamente su irreparable pérdida.
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