
¿Qué podemos decir para recordar la figura de nuestro desaparecido amigo Lucas (12 de agosto), que no parezca gastado? Las palabras a menudo se quedan cortas para reflejar nuestros sentimientos.
Quizás hay que decir, lo primero, que era un buen tipo, una de esas personas cariñosas y risueñas, de las que nada más verlas sabes que se va a convertir en un amigo. Así sucedió cuando llego al Cina en el ya muy lejano 1979, en un nivel uno en la Isla de Arousa, cuando la Isla era verdaderamente una Isla, cuando el Cina parecía más bien un puñado de náufragos construyendo un refugio para la lluvia, y los monitores y también los alumnos en su mayor parte, eran unos personajes. Personalidad había que tener para navegar y vivir en ese entorno y a él, y a sus amigos Jaime y Félix, les sobraba.
Luego siguió navegando, disfrutando de quincenas no menos espartanas en los Mosquetaires, siempre ligado al Cina, siempre en un segundo plano, porque su auténtica pasión era la naturaleza, los animales, y en especial la montaña en todas sus facetas.
Hay que decir, y nos consta, que ha sido siempre un hombre muy conocido y querido también en el mundo de la montaña y el esquí, no solo por su tienda de esquí, sino sobre todo por ese carácter noble que le hacía popular en todas partes y esa inquietud que le hacía pionero en las actividades deportivas de cada época.
Sin duda hay que recordarle como uno de esos amigos con los que, aunque no te veas en mucho tiempo, siempre parece que os habéis visto ayer, por su sentido del humor, su talante y su disponibilidad, que hacían siempre memorables los reencuentros. Así, participó con entusiasmo en las reuniones con los Brontosailors, en especial de la clásica comida en la Isla, que muchos tuvimos ocasión de compartir con él y con Conky en los últimos años.
Ante todo y, sobre todo, gran amigo y mejor persona, le recordaremos cada vez que nos reunamos, cada vez que vayamos a la Isla, o nos acerquemos a la montaña, donde Lucas estaba realmente en su ambiente. Los que hemos tenido el placer de tenerle como amigo, de navegar con él, de trabajar y esquiar con él, de subir a la montaña juntos, siempre echaremos de menos su discreta bondad y su amistad.
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